Actualmente en España es imposible compaginar estudios y
deporte de alto nivel. Somos muchos los jóvenes españoles que desearíamos tener
la oportunidad de obtener un título universitario sin dejar de optar a la
consecución de logros deportivos profesionales.
Sin embargo, el sistema universitario estadounidense no solo
lo permite, sino que lo potencia. Existen miles de becas universitarias para
deportistas y esta doble condición estudiante-deportista es reconocida y
mimada. Se coordinan las facetas académicas y deportivas de tal forma que
interfieren entre sí lo menos posible.
Desgraciadamente, la única opción que aquí nos queda, al
margen de abandonar una de las dos facetas, es optar a una de estas becas
deportivas para estudiar en Estados Unidos sin abandonar nuestras aspiraciones
deportivas. Recientemente, el que probablemente sea el mejor deportista español
de todos los tiempos, Rafael Nadal, declinó recibir un título honoris causa
alegando, desgraciadamente con la razón y franqueza que le caracterizan, falta
de base académica para tal mención. Yo tengo el sueño de que esta situación no
se vuelva a producir.
Por: Paloma Sánchez.
Tras leer esta carta al directo, ¿qué podemos pensar? Para
aquellos amantes del deporte tienen en nuestro país solo dos opciones: uno,
dejar los estudios o el deporte; y dos, optar por la beca estadounidense.¿Es
justo....
...tener que dejar los estudios?
...tener que abandonar tus sueños?
...no tener la oportunidad de formarte en tu propio país?
Bien es cierto que aquel que algo quiere, algo le cuesta
pero no todos tenemos ni el dinero, ni el tiempo ni los medios necesarios para
poder alcanzar solos nuestros objetivos.
La de buenos deportistas que se habrán quedado por el camino
por este simple hecho.
Algunos piensan que el deporte es una mera pérdida de
tiempo, únicamente para el ocio. Esta mentalidad es la que imposibilita que en
España podamos ofrecer estudios complementarios al ejercicio físico a nuestros
alumnos y lo que no saben es que, además, el deporte aumenta la concentración
en el estudio, entre otros beneficios. Incluso es, como todos conocemos, bueno
para la salud. Por ello, ¿es justo renegar a una generación de jóvenes al
sedentarismo y a la centralización de su futuro en carreras que no aman?
Trabajadores sin fuerzas y sin alegría es lo que crea esta inexistencia de
estudios.
Es algo en lo que podríamos reflexionar.