Hace 30 años los niños con síndrome de Down no eran
aceptados en escuelas, sino que iban a escuelas especiales segregadas para
únicamente personas con discapacidad. Les enseñaban habilidades educativas
prácticas para la vida cotidiana y los programas académicos eran mínimos o no
existían.
Hoy ha cambiado y estos niños son admitidos en
escuelas de educación primaria con programas educativos específicos para ellos.
Con esto consiguen mayor independencia y oportunidades laborales.
Todos los niños con síndrome de Down deberían estar
escolarizados en escuelas de educación primaria, excepto en casos más
complicados que tienen asociado al síndrome otras patologías y requieren
adaptaciones más significativas.
Optar por un centro de educación especial o una
escuela de educación primaria tiene ventajas e inconvenientes, habría que
analizar lo que es más adecuado en cada caso particular. Se trata de decidir
qué tipo de escolarización le va a ayudar mejor a desarrollar sus capacidades,
su autonomía y estar integrado social y laboralmente cuando sea adulto.
Beneficios que les suponen la escuela de educación
primaria:
- Mayores niveles de alfabetización, cálculo numérico y logros académicos superiores.
- Mejores habilidades del lenguaje hablado.
- Mayor madurez en las capacidades sociales.
- Mayor desarrollo cognitivo.
- Mejor memoria verbal a corto plazo.
- Mayores retos y estimulación al estar en contacto con niños que tienen mejores rendimientos en el aspecto cognitivo.
- Mayor expectativa de los docentes sobre su comportamiento y madurez social adecuados a su edad.
- Entorno lingüístico normalizado.
La posible desventaja de educarse integrado en
escuelas de educación primaria es la falta de oportunidades de hacer amistades
especiales y recíprocas basadas en la comprensión, y una menor autoestima.
Acudir a un centro especial permite a los alumnos a compartir intereses y
capacidades similares.
El mejor elemento para predecir el éxito de la
integración es la actitud del personal docente que va a tratar con el niño con
síndrome de Down. Si los maestros creen en la integración, sus alumnos también
creerán en ella. Sus actitudes serán las que aprendan los alumnos.
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